domingo, 26 de agosto de 2012


Historiando cantares

                                                         Cañada Fragosa


Hola a todos.
En este "Historiando cantares" traemos el relato del profesor Emilio José Noya sobre "Cañada Fragosa", chamamé de Julio R. Chapo y Eustaquio Miño.
Dejamos al final, el video interpretado por el cojunto de Eustaquio Miño glosas de Juan Carlos Jensen.
Dedicado al Dr Luis Alberto Zapata y Sra a Carlitos Almiron y a la amiga Delia  enfermera que estuvo al lado de don Eustaquio en sus últimas horas de vida. 
Eustaquio Miño
(Fotografía cedida por Ada Azucena Vallejos)
Figura fundamental del cancionero correntino, Eustaquio Miño albergó siempre en lo íntimo de su espíritu el deseo de perpetuar en una composición musical ciertas evocaciones de la adolescencia. Así nace el chamamé "Cañada Fragosa" (La Fonola Chamamecera Selección 78 rpm - Vol. 7), en cuyos versos el poeta Julio Restituto Chapo (1896-1972) refiere los devaneos amorosos del apasionado joven, quien con el arrebato propio de la edad atraviesa las quietas aguas de la misma para visitar a la que sería su futura esposa y madre de diez hijos: Ramona Maidana. Un pingo bautizado "El Mala Junta" fue su compañía inseparable en aquellas aventuras nocturnas, que con frecuencia terminaban con los rayos solares despuntando en el horizonte. Aunque persiste generalizada confusión respecto de su sitio de origen, Miño nació el 20 de septiembre de 1912 en "El Pasito", departamento de General Paz, Corrientes.
La niñez del músico transcurre en el medio rural, donde su padre matiza las actividades labriegas ejecutando aires correntinos con un anticuado acordeón de dos hileras. Esta circunstancia y un hecho fortuito marcaron su destino, en efecto, cierta vez que debe guardar reposo aquejado por una dolencia, se distrae procurando desentrañar los secretos que encerraba el instrumento. Más tarde viaja a Barranqueras y en la ciudad portuaria conoce a Pedro Mendoza, quien le enseña a tocar el bandoneón. Allí se une a un grupo de entusiastas jóvenes, encargados de amenizar los intervalos en cines de barrios con interpretaciones del acervo regional y tangos de la "guardia vieja". Enriquecido por esa experiencia vuelve al medio, instalándose en Mburucuyá.
Con elementos locales decide formar el conjunto "Los Gauchos de Mburucuyá", por cuyas distintas formaciones pasaron valores que luego adquieren notoriedad, pero esencialmente fue un forjador de dúos vocales: Hermanitos Romero, Peregrino-Colman, Vera-Lucero y Quiroz-Miranda. Frecuentes giras por el interior provincial, Chaco, Santiago del Estero y Buenos Aires, donde cumple exitosas temporadas en LS4 Radio Porteña y el "Salón Verdi", cimentaron la popularidad de "Los Gauchos" que llegan a la grabación de placas magnetofónicas en 1954, interviniendo en las mismas los acordeonistas Fortunato Fernández y "Coco" Encinas, el binomio Quiroz-Miranda y Felipe Ferrari (contrabajo).
Pese a que no se lo puede tildar de prolífico, compuso varias piezas de éxitos como sus chamamés "El pasitero", "2 de noviembre", "Don Basilio", "El puestero", "Palo blanco" (cuyo título alude al bastón que emplea el cantor no vidente Alfredo Miranda), "La Querencia" y otras. Bohemio empedernido y generoso gustador de copas en ruedas de amigos ocasionales, fue quemando tragos de su existencia en interminables noches de música y brebajes. Final injusto para quien expuso a lo largo de su tránsito terreno -al margen de incuestionables aptitudes musicales- dotes de modestia y hombría de bien. "El toro buey", como lo apodaban sus allegados, falleció en Mburucuyá el 26 de enero de 1967.


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