En ningún momento recuperó la conciencia y los sucesivos partes médicos informaban que el cuadro que presentaba era de extrema gravedad que no se esperaba que fuera reversible. En los cinco días que llevaba internado se lo asistió con todas las medidas de sostén y medicación adecuada, si bien estaba estabilizado, el deterioro del cerebro hacía difícil tener esperanzas respecto de una posible recuperación. Finalmente, minutos antes de las 7 su corazón se detuvo y el “Zorzal de Corrientes” dejó de existir.
A los 76 años Roberto Galarza tenía muchas expectativas el miércoles pasado, cuando se fue a dormir y sufrió el infarto. Hasta hacía unas horas había estado ensayando para actuar en el espectáculo de conmemoración por el Día del Chamamé. Una de sus últimas actuaciones acompañado de su conjunto fue en el marco del Festival del Chamamé, en la peña chamamecera que se realizó en enero pasado en Puente Pexoa.
Nacido en la provincia de Santa Fe, Roberto Galarza se estableció desde muy joven en Corrientes y adoptó el chamamé. Por su calidad interpretativa, es considerado como un referente indiscutido de la música del Litoral argentino. Por su personalidad y trayectoria es una figura luminaria del cantar chamamecero. Sus pasos nacen en la pequeña localidad de "Distrito Alto Verde", provincia de Santa Fe; el 18 de abril de 1932. Su vocación de cantor y guitarrero se inició desde niño, haciendo dúo con su hermano Rogelio, que también desplegó una actividad artística rebosante de éxito.
Galarza se llamaba Eleuterio pero como nombre artístico había adoptado el nombre de Roberto, y lo apodaron “El zorzal de Corrientes” por sus dotes de cantor, por un timbre de voz tan especial, afinación perfecta, interpretación justa y buen traductor de sentimiento y emociones. La actividad artística de Roberto Galarza recorrió un largo y trabajoso camino. Ya en 1950 integró al conjunto "Los hijos del chamamé", del acordeonista de origen entrerriano Gregorio Martínez. Poseedor de más de 400 temas musicales, dio vida a éxitos populares como "Distrito Alto Verde", "Mi ponchillo y mi Facón", "Reproche", "Arroyito del Recuerdo", y el ya mítico "Volver en guitarra", entre otros, que lo ubican en inmejorable posición en la historia de la música correntina: junto a Ernesto Montiel, el Trío de Oro con Julio Lorman y el propio Isaco Abitbol.
Múltiples presentaciones en vivo, en teatros, radios, lugares bailables, televisión, festivales, revalidan la talla artística de Roberto Galarza, voz y expresión de nuestro sentir cultural. En estos últimos años realizó presentaciones junto a su hijo Roberto Matías. También con el grupo coral "Querencia", quienes lo acompañan en sus registros discográficos.
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